8 novembre 2013

Some nights....

¡Buenos días!! Por fin viernes!! así que ya toca disfrutar del finde. Hoy quería hacer un post más especial y hablaros un poquito de mí y la verdad que después de un año aquí ya es hora de hacer balance ;).

La verdad que lo mío con Roma fue amor a primera vista. La primera vez que vine hace unos 5 años me enamoré y me dije a mí misma que un día acabaría viviendo en ella. Y así fue, hace más o menos un año decidí venirme. Después de un verano no muy bueno, hice las maletas y emprendí el viaje. La verdad que los viajes siempre me han encantado, hacer maletas, deshacerlas, el avión, el tren, los aeropuertos y por qué negarlo, me he acostumbrado. La verdad que por unos motivos o por otros siempre viajo sola, son pocas las veces que alguien me acompaña así que he aprendido a disfrutar de esos momentos y a aprovechar cada uno de los minutos que paso en los aeropuertos o en las estaciones de tren, que no son pocos ;). Como iba diciendo, por fin desembarqué en Roma, a pesar de las críticas y de los consejos de mi padre, que como cualquier persona, quería un futuro para su hija y, por la crisis, ese futuro no lo iba a encontrar en Roma. 

Si ahora me paro a pensar puedo decir la mi primera semana aquí fue dura, sola de hotel en hotel buscando casa desesperadamente, pero estaba tan feliz que no me importaba, todos los "problemas" los afrontaba con una sonrisa y después de cada mini "fracaso" me repetía a mi misma que si eso había salido mal era porque tenía que llegar algo mejor. He de decir que a día de hoy, bien sea por las decepciones personales, por las expectativas laborales y por el mundo en el que vivimos que no deja de repetir que estamos en "crisis", he perdido una parte de esa ilusión y esa inocencia con la que llegué. Pero no sólo he perdido cosas, sino que he ganado otras, como compartir cada día con alguien a quien amas, aunque el día a día no sea fácil, he aprendido a no necesitar nada para ser feliz, he adquirido madurez y practicidad pero echo de menos esa chispa de esperanza y esa fuerza que me trajeron hasta aquí. Noto que llegan momentos de cambio y sé, o quiero creer, que esa chispa volverá, porque la necesito.

Me ha costado un poquito escribir este post porque no soy muy dada a estas cosas. Pero se lo quiero dedicar a las personas que un día me apoyaron y continúan a hacerlo aunque estén lejos, algunas más que otras, a mi familia y a mis amigas, "las de toda la vida", a los que llegaron más tarde pero como si lo fueran, a aquellos que no creyeron en mí y siguen sin hacerlo porque me han hecho ver hasta donde soy capaz de llegar, a los que me han herido  porque me han enseñado a ser más fuerte, a las personas que he conocido aquí, en especial a una porque me ha enseñado a volver a creer en mí misma y a aquellos que creen en sus sueños y no tienen miedo de perseguirlos aunque a veces, eso signifique abandonar una vida llena de comodidades y seguridad. Merece la pena, la merece siempre, aunque a veces te sientas sola y tu gente esté muy lejos para hablar con ellos en ese preciso momento, aunque a veces sientas que la aventura está terminando porque no ves un futuro, aunque te tengas que conformar con un trabajo para poder seguir en esa aventura que has elegido, aunque los fracasos duelan más y las alegrías las celebres lejos de los que te quieren. SIEMPRE MERECE LA PENA 








Some nights....



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